top of page

Mi historia con Asperger

Siempre he sabido que es el Síndrome de Asperger. Desde chica había escuchado hablar de ello, pero sólo sabía lo básico. Sabía cómo definirlo y cómo explicárselo a alguien que nunca había escuchado de ello y también sabía algunas características. Pero nunca lo había investigado hasta hace casi un año.


A pesar de saber sobre Asperger desde chica, no es algo que se escuche seguido. Mucho menos que sepas de alguien que lo tenga. Es como si fuera algo que se lleva escondido y no fuera algo para destacarse. Como si fuera una pena, lástima o lo peor que le pudiera pasar a un ser querido. Como si fuera algo que solo se ve en películas.


Cuando empecé a investigar de este trastorno fue para entender más a un familiar que lo tiene. No nomas quería saber cómo ayudarlo en alguna situación, quería saber qué lo hacía él. Entender el porqué de muchas cosas o situaciones por las que pasaba o vivía día a día. Tomé prestado un libro de mi abuelo que habla de cómo educar (en escuelas y en la casa) a niños con Asperger y mientras lo leía, hacía un resumen de lo que iba leyendo y apuntaba tips y características importantes. Mientras iba apuntando, varias cosas me llamaron la atención. No tanto en mi familiar, pero porque lo visualizaba en mi misma.


Aproveché esa chispa de curiosidad y empecé a leer artículos y todos los blogs que encontraba que hablaban de Asperger. Todo me era muy familiar, ya no podía ser coincidencia. Hice muchos tests y quizzes online de los mejores psicólogos conocidos a nivel mundial y todos marcaban mi puntaje en Asperger. Hacía tablas de comparación y características junto con las mías. Para cuando pedí otros libros como el de "Safety Skills for Asperger Women" de Liane Holliday Willey respaldado por Tony Atwood (uno de los psicólogos expertos y reconocidos en el tema) ya era imposible negarlo o que quedara una pizca de duda.


Era como si estuviera leyendo mi biografía.

Todo tenía sentido.


24/7 me daba vueltas este tema en la cabeza, no podía soltarlo. Me llegaban flashes de mi vida en diferentes etapas y entendía el porqué de muchas cosas. Esas etapas de mi vida a las que yo les llamo oscuras (una en la adolescencia y otra en los 20s) ahora tienen todo el sentido del mundo. Se lo conté a mis familiares y al principio había una incredulidad en el aire. "No, no eres" o no podían evitar la comparación con mi familiar que también tiene y como no encontraban similitudes, entonces yo no podía ser. (En todas las personas es diferente). Hasta que les presenté todas las pruebas que había juntado de mi investigación, la relación con mis etapas y todos los nuevos porqués que había descubierto. Había volteado mi vida en 180 grados, dividido en categorías según etapas y la había expuesto a todos mis seres queridos para que vieran lo mismo que estaba viendo yo.


Como era demasiada la duda, lo hablé con dos psicólogas diferentes (en un ambiente muy casual) y cuando se lo mencioné a una de ellas me dijo: "Ya sabía. Lo noté en tu mirada". Sentí que todo el peso de esas memorias y etapas que acababa de acomodar en mi mente, todo lo nuevo que acababa de descubrir, procesar y relacionar, el peso de 25 años viviendo con Asperger y no saberlo, se iban de mis hombros. Lloré al sentir esa liberación. Ese "diagnóstico" informal que me habían dado fue lo mejor que pude haber escuchado. Lejos de un "No, no puedes tener", la aceptación de que sí lo tenía fue, además liberador, esperanzador.


Ahora entendía por qué nunca jamás mi cabeza dio para números y reprobaba toda materia que se me pusiera enfrente que los manejara. Año tras año, clase tras clase. Ahora entendía por qué desde chica tenía más amigos hombres que amigas mujeres. Por qué buscaba esa transparencia y honestidad en las amistades, y en esa edad, eso lo ofrecían más los niños que las niñas. Por qué parecía perdida al no encontrar un grupito de amigas y brincarme de bolita en bolita. Ahora entendía por qué sentía esa relación de protección incondicional y de comprensión con mi familiar que también tiene Asperger. Ahora entiendo por qué me aferraba tanto a mis relaciones. Por qué no era muy buena amiga en muchas cosas y por qué brincaba de horror con cada ruido que escuchaba.


Ahora entiendo por qué cosas tan simples por otras personas, a mi me hacían llorar porque eran muy intensas para mí. Ahora entiendo por qué en mi adolescencia me encerraba en mi mundo y no dejaba a NADIE entrar (y odiaba al que intentara hacerlo). Entiendo ahora por qué nunca he reaccionado bien a las autoridades o al poder. Ni a tradiciones o creencias. Ahora entiendo por qué en mi carrera gritaba a todo pulmón "CÁLLENSE" a los demás mientras el maestro estaba hablando. Por qué me daban ganas de salir corriendo en reuniones, fiestas o cafecitos cuando era demasiado el ruido. O por qué me tomaba el doble de tiempo entender instrucciones y cosas básicas. Por qué siempre he sentido el contacto visual muy íntimo, pesado y calculado. Por qué me dio un ataque de pánico cuando cambiaron los planes de un día.


Porque estaba en mi naturaleza y en vez de reconocerlo, lo estaba reprimiendo por no ser algo "normal".


La razón por la que renombré mi blog a Vivo Por Contarlo, fue porque ya viví 25 años sin conocer lo que me hacía yo. Ahora era mi responsabilidad compartir todas esas investigaciones y conocimientos sobre el tema a otras personas, para que se relacionen/entiendan y conozcan muchas cosas sobre seres queridos que también tengan Asperger o lo sean ellos mismos. Vivir con Asperger no es fácil pero está muy lejos de que me de vergüenza o sea una pena para mí. Por eso decidí no esconderlo más.


Lean libros, artículos y blogs que hablen del Autismo, Asperger y otros trastornos. Existen y son más comunes de lo que crees. Es hora de darle la bienvenida a la neurodiversidad y ser más pacientes y comprensivos con personas diferentes a ti. Es hora de quitar de nuestro vocabulario la palabra normal, porque nadie es ni debería de ser normal. Que aburrida sería la vida.

Comments


erica dengel

¡Suscríbete al blog!

Entérate de las nuevas entradas.

  • Instagram

© 2019 por Erica Dengel. Todos los derechos reservados.

bottom of page