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Le Pedí Tiempo a la Muerte - Reseña

Primero que nada, cuando abrí el libro sentí una emoción al ver los guiones que iniciaban conversación porque hacía demasiado tiempo que no leía una novela. He estado en una racha de leer puros libros de historia o de no-ficción que había olvidado el ver un diálogo y la magia de imaginarte a los personajes y visualizar la trama. Pero esa emoción no fue más grande que la que sentí al ver la dedicatoria que me dejó la autora, Mónica Hammeken, escrita en la primer página. Ese ha de ser uno de los sentimientos de más orgullo que existen.


Sin más preámbulos, les dejo la reseña de "Le pedí tiempo a la muerte" por Mónica Hammeken.


Este libro trata de un hombre llamado Rafael, que se enamora perdidamente de Ofelia, que termina siendo, nada más y nada menos que la muerte en persona. A Ofelia solamente la pueden notar los que están por morirse, pero nadie sabe que la muerte sabe negociar, ni mucho menos que termina siendo alguien con una personalidad demasiado interesante. Al conocerla no hay vuelta atrás, porque recibes un mensaje de texto con tu cita para presentarte en tal día, a tal hora y en tal lugar. Your final date.


"A Ofelia solamente la pueden notar

los que están por morirse,

pero nadie sabe

que la muerte sabe negociar."



Este libro está lleno de humor negro (solté la carcajada varias veces), cinismo y una manera muy diferente de ver la vida y la muerte. Será una lectura ligera pero la reflexión que haces en un tema que normalmente hasta evitas pensar porque sientes que la estás invocando, es muy profunda.


Te hace pensar que nos tomamos demasiado en serio. Nos creemos exentos de todo, privilegiados e infinitos y nos da tanto miedo la muerte que ni siquiera le damos significado a nuestras vidas. Sean cortas o largas, vivimos en automático. Vivimos con la misma manera de pensar, las mismas creencias y costumbres que las que vienen enseñando desde el principio de los tiempos, sólo porque "así funcionan las cosas" o peor, "es lo que es". Perdemos de vista nuestra capacidad de discernir en lo que es mejor para nosotros, aunque no sea lo normal para los demás. Perdemos de vista el poder que tenemos en cambiar nuestras vidas cuando se nos de la gana. En simplemente ser y en vivir lo que nos avienta la vida.


Nadie escoge sus desgracias pero nadie dijo que la vida sería un camino en un rosal sin espinas durante un día soleado y fresco. Nos da tanto miedo pensar en "el más allá" que ni nos enfocamos en el aquí y ahora, porque eso también nos da miedo. Nos da miedo estar en el presente. Enfocarnos en lo que tenemos. En quienes somos y cómo somos.


Otro punto que me gustó mucho es que la muerte (Ofelia) le explica a Rafa todas las dudas que él tiene de este tema y todo lo que pudiera haber más allá de la vida terrenal. Siempre me ha gustado este tema y me gusta ponerme creativa a la hora de pensar en lo qué me espera del otro lado, pero sea lo que sea, nos debería de dar más miedo quedarnos en esta vida sin hacer nada con ella. Sin hacer nada de ella.


¿Un propósito de vida? Ni de chiste. Que sean miles. Si no sabes a que viniste a este mundo, haz un chingo de cosas. Se todas las personas que quisieras ser por medio de la acción y determinación, en vez de sólo una que deambula como muerto en vida. Definitivamente para eso no llegamos aquí. Aprovéchala como tú quieras. No le temas a la muerte porque es lo único que tenemos firmado de seguro. No le temas a la vida por estar pensando en lo inevitable. Nosotros ponemos nuestros propios términos y condiciones en ella, así que vívela como siempre has querido.


Puede sonar muy fácil (sé que no lo es. Hasta llegar a esta reflexión fue una realización que se sintió como un balde de agua fría) y no quiero minimizar lo que es vivir un luto, pero cuando lo piensas así, que nosotros también iremos donde nuestros seres queridos están y que todos terminamos igual, nos recuerda que es la única ley de la vida y ya no suena tan escalofriante.


No lo quiero hacer más largo pero no puedo evitar comparar el libro de la reseña anterior con éste, aunque no tengan nada que ver en contenido. En el pasado (Reinas Malditas) recalqué que carecía de estilo. Un libro muy extenso y con mucha información y nunca pude identificar el estilo de la autora. Me da gusto decir que en este libro pasa lo contrario.


No sé si sea porque conozco a Mónica por medio de redes y he tenido el gusto de platicar con ella ocasionalmente, al grado que pudiera jurar que la conozco en persona cuando no tengo el gusto. Pero puedo ver su personalidad reflejada en todas y cada una de las páginas de su libro. Es un estilo muy entretenido y el más original que he leído en mucho tiempo. Uno que no ha sido infectado por tendencias o modas editoriales. Es una voz pura que se siente como un respiro de aire fresco.


Pueden encontrar más sobre la autora y blogger por medio de sus redes y contactarla para adquirir su libro. No se van a arrepentir.






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erica dengel

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